REDES SOCIALES
INFLUENCIA DE LAS REDES SOCIALES EN ADOLECENTES
Las redes sociales han revolucionado nuestro día a día. Muchos son quienes sin ellas no pueden entender el mundo o, sencillamente, comunicarse. Con ellas, los usuarios ganan poder gracias a que acceden a más información de forma rápida al tiempo que proporcionan capacidad de influencia sobre el comportamiento de otros.
Las
redes sociales han transformado nuestras relaciones con el mundo. Su
crecimiento ha sido imparable en los últimos años, tanto es así que en 2017 más
de la mitad de la población mundial (más de 3.885 millones de personas) son
usuarios activos de internet (Internet
World Stats, 2018). Además, más de 2.500 millones de personas son
usuarios activos de redes sociales (eMarketer, 2013) y el 91,3% de ellos utiliza un dispositivo
móvil para conectarse, según recientes estudios (Hootsuite, 2017).
Son muchos los individuos que acuden a este tipo de plataformas para saber qué está pasando a su alrededor de forma sencilla, rápida y sin un excesivo esfuerzo. Han revolucionado nuestro entorno, la comunicación, la forma en la que se entienden las relaciones de la empresa con sus clientes, y un sinfín de aspectos de nuestro día a día cotidiano. Las redes sociales acaparan la atención de empresarios, directivos e investigadores que se esfuerzan en entender la esencia de este fenómeno social para aprovecharlo en su favor y comprender los elementos claves que hacen de estas plataformas una de las mayores revoluciones del siglo XXI.
Las Redes Sociales están provocando que las conversaciones «cara a cara» y las interacciones reales se menosprecien.
Los jóvenes prefieren, en muchas ocasiones, mantener un contacto virtual y superficial con miles de amigos por Instagram u otras redes sociales, que hacerlo en la vida real y diaria.
No obstante, en realidad, lo que nos aporta una conversación con nuestros amigos, un paseo hablando sobre nuestros pensamientos y sentimientos, es mucho más importante e imprescindible que aquello que nos aporta las Redes Sociales.
Nos sentimos queridos e importantes para esas personas, lo cual en las amistades de Instagram o Facebook es inexistente.
Por esta razón, muchos adolescentes se sienten muy solos y vacios a pesar de contar con cientos de amigos en Facebook.
Ocultar o camuflar inseguridades o complejos detrás de la identidad digital
Las relaciones sociales son una de las principales motivaciones en la adolescencia y juventud, junto con el inicio de las primeras relaciones. Una de las situaciones más alarmantes que nos estamos encontrando en la clínica diaria es un incremento de jóvenes y adolescentes que una vez llegan a consulta reconocen tener complejos y considerarse físicamente «feos» «gordos», «torpes socialmente» y que estos sentimientos y creencias de inferioridad les precipitaron o llevaron a iniciar relaciones virtuales con personas que no conocían.
En esos momentos reconocen que esas «falsas relaciones» les aportaban la seguridad en ellos pero de forma progresiva lo que había detrás de esos falsos amores solo era una intención de pedir fotos eróticas o pornográficas a cambio de falsas palabras.
En este artículo del País podrás leer las conclusiones de un artículo británico donde se relaciona a Instagram como la peor red social para la Salud Mental de los Adolescentes. El artículo pone de relieve y relaciona el consumo de RRSS por encima de dos horas diarias como un factor de riesgo para experimentar ansiedad, depresión y angustia.
¿Cómo puedo detectar que las RRSS están teniendo un impacto negativo en la vida de mis hijos adolescentes?
Si has notado cambios de humor o estado de ánimo en tus hijos y ese cambio no es transitorio, sino que lo llevas observando con cierta regularidad, presta atención a las siguientes situaciones:
- Ha aumentado de forma progresiva el número de horas diarias.
- Nunca se separa del teléfono móvil y si se lo recuerdas o le animas a dejar de usarlo, se irrita de forma desproporcionada.
- Le has notado ansioso, intranquilo e irritable a pesar de que se conecte y mantenga contacto por RRSS.
- Ha dejado actividades y ha reducido las actividades sociales cara a cara.
- Por la noche se niega dejar el móvil fuera de la habitación.
- Se muestra disconforme o desanimado por su imagen física.
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